lunes, 12 de mayo de 2008

En mi tierra



Toda mi vida he viajado a Santa Ana, ya que, toda mi familia es de allá y, aunque no vivo en ese lugar, me alegra la idea de tener mis origenes en "la ciudad morena". Cuando salgo fuera de la capital me gusta observar todo lo que hay en el camino (es de mis pasatiempos favoritos en ese momento); por ello, cuando en la clase pasada hablamos acerca de las teorías de la organización, vinieron a mi mente todas las personas que, por tanto tiempo, he visto salir de una máquila ubicada en el camino que conduce a mi tierra.

Jamás me imaginé que Frederick W. taylor, un hombre estadounidense que, como obrero, comenzó a fijarse en los modos de producción que se daban en su fábrica, sería quién influiria hasta nuestros días en la forma de vida de miles de salvadoreños que a diario se dirigen a trabajar en estos lugares.

Los elementos fundamentales que Taylor ideó para que la producción fuese efectiva eran:

-División de tareas
-Aislamiento del trabajador
-Aumento de la productividad
- Eliminar los movimientos innecesarios

Sin embargo, ante dichos elementos, se pierde la humanización de las personas. Es difícil creer que las existan personas capaces de soportar estas condiciones infrahumanas, aunque al analizar un poco más son muchos los factores que llevan a los salvadoreños a aguantar esta rutina; necesidad, pobreza, falta de oportunidades son sólo algunos.

Además, es aún más increible darse cuenta que modelos aplicados hace más de cien años aún continuen teniendo vigencia, y más aún cuando estos son de explotación a los derechos que como seres humanos poseemos.

Si bien existieron modelos de organización, es necesario que en nuestra época retomemos algunos elementos que consideramos útiles para llevar a cabo una buena produccion, pero también es mucho más fundamental que las características retomadas no sean de explotación sino, más bien, de un trabajo en donde tanto jefé, trabajador y producto sean beneficiados.



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